En la imagen vemos como la simple forma de un churro es una clara representación de la "cosa nostra", intimidando por momentos a las otras facturas de menor tenor graso. Y aunque muchos traten de ocultarlo, el cinismo del churrero llega a su punto máximo cuando el gran padrino acerca su churro bañado en chocolate. Tal demostración de poder queda expuesta por los Reveladores de la Verdad y es nuestra misión acabar con la delincuencia, aunque muchos de nuestros miembros han caído en el deber.
Por último, se sabe también que oficiales de Gendarmería han secuestrado miles de churros paraguayos tratando de cruzar la frontera dentro de enanos chinos, que usados como mulas, transportaban la preciada materia grasa en sus pomposos traseros.
Mas adelante se profundizará en el tema. Adiós y Shaná Tová